No te voy a quitar el merito este año, tu nos enseñaste Canto del Agua.
Recuerdo que ese día no me dejaste ir a mi casa hasta que pude tocar como tu querías. Te recuerdo como alguien estricto, marcando la afinación, marcándonos tiempos y compases, acordes, a escucharnos; con dedos sangrados y cansancio encima, pero sobre todo tu sonrisa de satisfacción y tu fe en nosotros, cuando todos apostaban a que dos mujeres nunca podrían tocar guitarra… y ya vez, logramos que este día haya sido tan especial y lo disfrutamos mucho.
Todavía tengo mis dedos cicatrizados y me da risa cuando alguien me dice que soy muy exigente, creo que fue porque no tomaron clase contigo… Si Alejandro, tu me enseñaste algo mas que música, que fue paciencia y pasión por interpretar y sobre todo, en la confianza en mi para poder sacar la música que tengo dentro y a disfrutar esto que hago.
Es una lástima, Alejandro, que el maldito alcoholismo haya echado a perder tu talento y nos haya privado de tus enseñanzas….
Creo que desde algún lado tu nos estás viendo y estás orgulloso de nosotros
En un lugarcito de mi corazón, siempre estarás presente
Yo
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