Lo confirmé: odio las despedidas... son muy duras y no puedo evitar echar lagrimitas.
Se van personas muy queridas para mi y me siento muy afortunadas de haberlas conocido. Algunas son amigas, otras no tanto.
Es muy dificil la separación física, pero los buenos momentos que pase con ellos no los cambio por nada y los llevo en mi corazón.
Me siento afortunada de haber conocido a personas maravillosas (gracias, en especial a dos), que son personas comunes y corrientes, con defectos pero mayores virtudes, con las que pude compartir momentos gratos y agradezco su enorme apoyo en momentos difíciles.
Un enorme abrazo y siempre en mi corazon
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